lunes, 8 de julio de 2013

La Bienal de Venezia 2013

El acceso a la propuesta de la Bienal de Venecia 2013 y a las ideas de su curador Massimiliano Gioni se realiza por tres vías: El Arsenal, los Jardines y el catálogo. Yo arranco por el Arsenal. Después de atravesar toda la ciudad cuyo trazado laberíntico reactualizaré al finalizar el día pasado enteramente recorriendo esta parte de la muestra, y vinculándolo con el proyecto curatorial, arranco mi Bienal encontrándome frente a la obra/idea que le dio el puntapié inicial. En 1955 el artista autodidacta Marino Auriti patentaba un proyecto irrealizable: Un gigantesco edificio que ocuparía 16 cuadras y se estiraría 700 metros hacia el cielo diseñado para albergar toda la sabiduría del mundo, un anhelo compartido por infinidad de individuos y colectivos (anhelos castigados generalmente por dioses narcisistas y celosos). El deseo, desesperado en muchos casos de vincular lo individual con lo universal, de abarcar y trenzar el mundo privado con el misterio que esta más allá de nuestro cuerpo, fuera de él, y cuyas representaciones son garrapateadas en cuanto formato se pone a la mano. Massimiliano Gioni toma esta idea, la del Palacio Enciclopédico, para diseñar un recorrido laberíntico y rico como el de la propia ciudad que acoge a la “Mostra” con obras que cumplen a la perfección su descripción como artefactos de representación y cuestionamiento traídos de todas partes del mundo (más de 150 artistas, 37 países, más de 3.000.000 de Euros). Obras avaladas por el mainstream, objetos encontrados, piezas históricas, en un intento por diluir la línea entre (como explicita el catálogo) artistas profesionales y amateurs, aquellos que están en el foco y aquellos que circulan al margen :una búsqueda antropológica de las visiones y representaciones de los sueños, alucinaciones y saberes en un recorte posible de estos últimos cien años.
A partir del encuentro con la maqueta del edificio soñado por Auriti, vamos recorriendo una especie de caverna iluminada por una enorme variedad de técnicas y complejidades que van desde la monomaníaca repetición, hasta un minimalismo mudo. Traspasada la sala que aloja la maqueta que oficia de prólogo, nos encontramos con la obra de Roberto Cuoghi (1973, Modena, Italia), una obra perfecta para descender a las oscuridades que la Muestra prefiere alumbrar sin iluminar. A primera vista parece ser una piedra “autogenerada” por una acumulación de detritos orgánicos. A medida que nos acercamos a ella, vemos ciertos patrones que tal vez remitan a desgastadas inscripciones o tallas de alguna civilización antigua… Ahora, si leemos la info provista por el catálogo, nos enteraremos que la obra es una impresión 3D cubierta de polvo de roca. Orgánico/inorgánico, pasado/futuro, se juntan aquí como un comienzo apropiado para un recorrido fundamentalmente nocturno, primitivo (¿dionisíaco?) donde van quedando atrás obras como la de Neil Beloufa (sobre un pueblo que crea sus mitos en la oscuridad), la iglesia que Danh Vo trajo desde Vietnam y que se alza como parte de la “guerra de sueños” señalada por Marc Augé, la Venecia fantasmal de Pawel Althamer, la sala curada por Cindy Sherman (en el universo del Arsenal, su voz personal a través de la obra de otros), el relato que del Génesis hace el historietista Robert Crumb, los 131 monitores que constituyen un diario (Solo Scenes 1997/8) o un sistema de vigilancia sobre las actividades de Dieter Roth, las luces y sombras (literalmente) de Otto Piene, para finalizar (el recorrido) con Apollo´s Ecstasy (1990) de Walter de Maria.
De manera clara y luminosa, esta obra ¿minimalista? ¿conceptual? compuesta por 20 cilindros de bronce brillante ordenados en una hilera en el suelo, con su titulo de sentido contrapuesto funciona como un cierre conceptual del camino emprendido con la roca de Roberto Cuoghi (apolínea y dionisíaca a la vez) y, recuperando a Venecia como metáfora personal de la muestra, ofrece una salida al mar donde refrescarse y dejar que la vista se pierda sin centro en un largo horizonte azul.

No hay comentarios:

Publicar un comentario